El cantautor brasileño dijo: “El estadio Maracaná lleno de argentinos que alentaban era una belleza
(RJ-17/06/14) El cantante brasileño Caetano Veloso se emocionó con la pasión argentina en la presentación del primer partido ante Bosnia en el mítico estadio Maracaná de Rio de Janeiro.
“El estadio Maracaná lleno de argentinos que alentaban era una belleza. Sentí la fuerza del sentimiento de la nacionalidad como algo que encuentra en el fútbol un canal de expresión y sin vergüenza. Mis ojos se llenaron de lágrimas. La rivalidad entre Brasil y Argentina me hizo sonreír”.
Caetano fue a la cancha en subte con su hijo menor, devoto de Lio Messi. El heredero de Veloso llevaba puesta una camiseta suplente de nuestra selección. En el viaje, el brasileño disfrutaba de ver tantos argentinos en los andenes.
Ya cerca del estadio, Caetano vio una tráiler lleno de hinchas que los escuchó cantar canciones nuestras canciones de cancha, que él las definió como lúdicas – bélicas, y trazó una analogía exquisita: “Más cerca del coro de la ópera de los grandes grupos italianos que el de las guturalidades bárbaras inglesas. En la estación de Maracaná, un río ancho con ese coro dominó la pasarela”.
Contó que los brasileños apoyaron con sus cánticos a los bosnios: “El objetivo de Bosnia animó el narcisismo de las pequeñas diferencias que alimenta la rivalidad entre Argentina y Brasil. Los aficionados argentinos se habían apoderado del Maracanã desde la entrada de su equipo. El gol en contra (¿es la regla en esta copa?) había silenciado los pocos aficionados bosnios y los muchos brasileños que los apoyaron”.
Después del gol europeo, Veloso, admirador de Juan Román Riquelme, se emocionó con la reacción de los hinchas argentinos: ““El estadio Maracaná lleno de argentinos que alientan era una belleza. Sentí la fuerza del sentimiento de la nacionalidad como algo que encuentra en el fútbol un canal de expresión y sin vergüenza. Mis ojos se llenaron de lágrimas. La rivalidad entre Brasil y Argentina me hizo sonreír”.
De todas formas, también sabe que la rivalidad es profunda y que muchos de sus compatriotas que alentaron a Bosnia ni siquiera tienen idea dónde se encuentra en el mundo.
“En general, para mí fue una experiencia estimulante y, de algún modo secreto, animadora”, concluyó.
